ESPACIOS ACTIVADOS
Estrategias creativas frente al espacio en la plástica contemporánea almeriense.

El propósito fundamental de la escultura de este tiempo es la aprehensión del espacio y su incorporación a la obra. De esta manera, el artista entabla un diálogo con el entorno donde va a suceder el hecho artístico y mediante los procedimientos que le son propios, lo connota, disloca, transgrede o modula de tal forma que se convierte en un elemento constituyente del todo artístico. Esta concepción de la escultura abarca estrategias creativas de muy diversa índole que van desde el reduccionismo formal de raigambre minimalista hasta complejas formalizaciones de alto contenido simbólico o metafórico.
Las intervenciones en el espacio, bien sea urbano o natural, proporcionan vías alternativas de la expresión plástica: liberan lo escultórico de su subordinación clásica a lo arquitectónico, para encontrar nuevos lugares de acción artística. La fotografía y el video se convierten así en los soportes musealizables que explican al espectador estas intervenciones. De manera similar funcionan los procesos artísticos que tienen como objeto poner de relieve la acción performativa del artista en la cual el cuerpo se convierte, junto con la acción que desarrolla, en el elemento expresivo principal.
Todos estos elementos pueden conjugarse en pos de lo que ya en el siglo XIX fue formulado por los teóricos como “obra de arte total” y que, en el pasado siglo, tomaron la forma de happenings o ambientes polisensoriales en los cuales se combinaban todas las disciplinas y soportes artísticos u objetuales, junto con la acción conjunta del creador y del espectador.
Heredera de las vanguardias del siglo XX, la plástica almeriense aprovecha el horizonte trascendente de posibilidades creativas que éstas le ofrecieron para que el espectador tenga ahora la posibilidad de contemplar y participar de las más variadas creaciones escultóricas que se gestan en nuestra tierra.


E J E S T E M Á T I C O S


La serie como elemento articulador creativo. Javier Huecas, Paqui Vega y Toña Gómez.
Las series escultóricas ofrecen a estos autores el eje sobre el que articular su discurso plástico.
Javier Huecas organiza series protagonizadas por personajes infantiles de profunda viveza, que representan distintos estados anímicos, herederos del expresionismo. Utilizando el barro como materia prima, el autor recrea la conexión entre la mano que modela y el objeto creado a través de la huella.
Paqui Vega presenta una serie de corpiños que manipula creando una contradicción entre el exterior o lo aparente y el interior o lo subyacente. En la parte externa, los objetos se recargan de adornos llamativos como perlas y cristales mientras en la interna aparecen imágenes de fuerte contenido crítico referente a cuestiones sociales y de género.
Toña Gómez trabaja en esta ocasión con un espacio íntimo como es la casa; se trata de varios módulos, de formato semejante pero diferente material, que cambian con sutilidad y perspicacia; cada alteración propone al espectador nuevas posibilidades de interpretación de la obra y lo conduce por diferentes caminos para el análisis crítico.



Elementos inmateriales: la transparencia y el reflejo. Elena González y Rodrigo Valero.
Uno de los afanes de la escultura de este tiempo es aprehender lo inaprensible, jugar con los elementos que tradicionalmente no se entienden como propios de esta disciplina y establecer relaciones plásticas singulares.

Rodrigo Valero establece un juego equívoco entre la realidad y su imagen; en los trabajos que presenta el elemento articulador es el espejo, sobre él coloca formas geométricas tridimensionales que, gracias al reflejo, se hacen dobles. El plano del suelo se abre y nos permite ver la dimensión que esconde: el espacio secreto.

Elena González trabaja en la estrecha franja que separa lo sutil de lo cruel, y aunque ese espacio es estrecho, los resultados son amplios. El material utilizado es vidrio procedente de botellas rotas, que ella entreteje con alambre para crear interesantes formas que nos hacen reflexionar acerca de la dualidad placer- dolor connatural a cualquier situación del ser humano.

Alternativas al espacio canónico: actuaciones en el medio natural. José Almécija.
La vivencia del paisaje, la posibilidad de apropiarse de los elementos que lo conforman es el referente de la obra de José Almécija. El objetivo de esta no es mimetizar lo percibido sino más bien dialogar con el entorno, interpretando su historia y su evolución, interactuar en él, revisitarlo.
El viaje se convierte en algo imprescindible para la creación artística de este autor que mantiene un estrecho contacto con los elementos de la naturaleza, quedando estos integrados en sus obras. El paisaje adquiere en ellas un nuevo sentido y se convierte en un espacio de reflexión

Redescubrimiento objetual, poéticas mixtificadas. Antonio Llanas y Carlos de Gredos.
El carácter simbólico del objeto es una base sólida para experimentar. Estos autores muestran escenas que parecen ser tomadas de un mundo de ensueño y, como tales, nos transportan a una realidad que es intangible, aunque cercana a nosotros.

La obra de Carlos de Gredos conecta simbólicamente objetos provenientes del medio natural con otros manufacturados y crea entre ellos una relación tan poética como irónica.

Las instalaciones de Antonio Llanas se muestran como dispositivos de alto valor simbólico. Las piezas escultóricas combinan elementos fabricados por él con objetos de naturaleza variada, ambos se relacionan de manera metafórica y así ofrecen al espectador una visión de la realidad paradójica, sutil y muchas veces inquietante.
Lo híbrido en el discurso cultural. Enrique Demetrio
Para Enrique Demetrio no hay quietud en la descripción de las obras, pues tratan de producir efectos en la cultura, en la propia medida que esa cultura les afecta. El universo antropológico es entonces actualizado, rescatando orígenes antiguos o modernos, neolíticos o urbanos, encarnando una hibridez y una sobredosis de significados que van desde elevar a otro contexto un símbolo regional, como es el caso de la pieza “Abrazo indálico”, hasta llevar a tres dimensiones imágenes que parecen ser sacadas de los muros de la ciudad…

Otros rincones de la realidad. Transmutación de la substancia escultórica. Pablo Blanes y Anne Kampschulte .

Pablo Blanes crea un mundo imaginario que crece y se redefine con cada nueva intervención plástica, para ello articula habitaciones imposibles, geometrías que invaden el espacio, lo tensan y lo aprisionan, elementos arquitectónicos que usurpan el vano que deberían crear.
En esos espacios interiores construye cubos vacíos para albergar los distintos estados del alma a través de otra simbología, fruto de una síntesis personal y una nueva recombinación de los elementos.

Anne Kampschulte nos propone un juego: alterar las propiedades físicas de la materia y transmutarla en otra cosa. Esta artista trabaja la piedra, concretamente el mármol, material escultórico por antonomasia. A la par que quita materia del bloque de piedra, proyecta quitarle a esta sus cualidades de peso, resistencia y gravedad, para conferirle otras provenientes de los estados líquidos o gaseosos. En ese juego encontraremos numerosos guiños que nos invitarán a un intenso acto interpretativo.
Lo procesual redefinido. Alquimia de los medios. Teresa Tomás y Lucas Gómez
El proceso creativo convencional establece una serie de pasos a seguir para la consecución de un objetivo, pero, ¿y si ese proceso se trastocara? ¿Y si la recombinación de los elementos nos ofreciera soluciones expresivas sorprendentes? Los artistas de este epígrafe trabajan en esa dirección, ese es uno de sus recursos creativos.
Teresa Tomás basa su obra en una animación 3D, que se desarrolla en la pintura, la escultura y la fotografía. La serie está protagonizada por siete personajes con doble personalidad. Por un lado son “seres de luz”, gestados en pequeñas esculturas de cera diseñadas con ensamblajes de velas y presentados en fotografías de gran formato; por otro lado, son personajes que surgen virtualmente en la animación.
Lucas Gómez se apropia de la tridimensionalidad en su instalación, en ella domina el soporte fotográfico sobre el objetual. Su visión sobre el patrimonio cultural del pasado industrial reciente es reflexiva y connota una enorme fuerza y expresividad.